Cápsula del tiempo

Tu mejor recuerdo

Quien ha estudiado en los salones del Rogers, jugado en sus canchas o recorrido cada uno de sus pasillos, sabe que cada rincón del este Colegio guarda enseñanzas y experiencias de vida que han quedado grabadas para siempre en nuestra memoria.

Sabemos que recordar es volver a vivir, por eso deseamos que junto a nosotros tú también regreses a esas épocas inolvidables y les recuerdes a tus hijos por qué amamos tanto este Colegio. Estas son algunas de las anécdotas que han marcado a nuestras generaciones.


 

“Tuvimos ese espacio solo para nosotras”

Cursaba secundaria y mi hermanita estaba en primaria, no existía WhatsApp o redes sociales en ese entonces, mi Nokia 1100 se quedó sin pila y a la hora de la salida mis papás se olvidaron de nosotras. Estuvimos el pasillo por casi dos horas (de 2:00pm a 4:00pm), tuvimos ese espacio solo para nosotras; jugamos, bailamos, dormimos, platicamos y lloramos hasta que a alguno de nuestros papás se le acordó que tenían dos hijas abandonadas en el Rogers.

-Sheila Carrillo-

“Fue una experiencia única gracias a la magia que se crea con los niños”

Sin duda una de las experiencias más memorables que tuve en el colegio fue aquella vez en mi último año de preparatoria, cuando me puse la botarga del Halcón del Rogers y asistí a la inauguración de basquetbol. Fue una experiencia única gracias a la magia que se crea con los niños. Aunque morí de calor y sudé como nunca en mi vida, fue totalmente compensado con los juegos y risas de los niños de todas las escuelas que participaron en la inauguración.

-Alan G. Paredes-

 

“Ahora soy una orgullosa mamá Rogers”

Toda mi vida tiene que ver con el Rogers, mi llegada en primero de primaria y ver lo grande que era. Los recreos en el árbol del hule nunca los voy a olvidar; ya sea jugando o sentada en una rama leyendo. Tengo amigos que hasta la fecha conservo y porque no, ahí también conocí a mi marido. Ahora soy una orgullosa mamá Rogers, ya que mi hijo desde kínder está ahí y es feliz. Aquí he conocido personas maravillosas, para mi el Rogers es sinónimo de estar en mi casa.

-Maricarmen Riancho-

 

“Nos ganamos el regaño de nuestras vidas, pero si me preguntan, valió la pena”

Recuerdo estar con una amiga en la clase de deportes en un día muy caluroso, quejándonos del mismo, cuando de repente se nos ocurrió correr a la piscina, con todo y uniforme nos tiramos mientras habían clases de natación. Nos escabullimos fuera de la clase y sigilosamente entramos al área de la piscina y nos tiramos; solo recuerdo que el agua estaba deliciosa y ver la cara de mi amiga debajo del agua como diciéndome “¡Corre, que nos van a matar! En ese momento salimos corriendo empapadas cuando de repente Tico (el maestro de deportes) nos empieza a perseguir gritando nuestros nombres, mi amiga y yo solo nos decíamos “¡ignóralo y corre! ¡Ignóralo y corre!" Hasta que nos alcanzó porque no podíamos correr muy rápido ya que nos resbalaríamos. Y así es como nos ganamos el regaño de nuestras vidas, pero si me preguntan, valió la pena.

-Pamela De Freitas-

 

“Sin duda, el Rogers es parte de quien soy hoy por hoy”.

En kínder jugaba en la placita, donde imaginaba que era un pirata, para volver a mis clases donde a veces celebramos un cumpleaños y sin importar que tanto comiera siempre tenia espacio para las velitas de Don Flores.

En primaria llegaba a las 7:30 sufriendo por no llegar tarde y que cerraran la reja, donde después de clases solo iba a mi casa a comer y volvía para entrenar con Tico, para después mis clases inglés terminar entrenando basquetbol, donde algunos días se hacían muy difíciles porque era el día de entrega de boletas, pero sin importar como me fuera en las calificaciones siempre mi día en la escuela terminaba con unos charritos de Samuel. Los polis me conocen, muchos días me quedaba platicando con ellos esperando a que fueran por mi, en mi mente tengo la voz de Don Víctor diciendo “Juanito Ruiz”.

Recuerdo la ceremonia de primaria donde dejé los shorts por pantalones de niños grande, pero siento que nunca he perdido los shorts azul fuerte, la camisa de botones y la de mis halcones.

En secundaria tengo presente los círculos de estudios que después me hicieron darme cuenta que yo no era un estudiante flojo, simplemente me gustaba pasar el día por aquellos pasillos largos, donde de noche nunca me atreví a descubrir si existía el fantasma.

La prepa me preparo para la vida, donde mi tía me dio clases, donde me pasaba horas en el árbol, donde nos sentamos en las mesitas a descubrir historias y aventuras escritas en ellas. Esas verbenas, esas fiestas de Halloween, esos concursos de declamación, las horas de catecismo, los festivales, el Día del Pavo, las inauguraciones en la Unidad Deportiva, las orquestas a las que teníamos que ir, las risas, los momentos de suspenso, los amigos, las novias, los crush, las excursiones a la Coca Cola, Hanal Pixán, los homenajes a primera hora, la visita a la sala de maestros, las visitas a Conchita, Lilia, Olga y las horas en esos pasillos largos (ahora con cámaras por hacernos los chistosos). Sin duda el Rogers es parte de quien soy hoy por hoy.

Por lema a la verdad, mi vida es un faro, me da orgullo. Rogers Hall soy parte de ti y no te fallaré.

-Juan Ruiz-

“Me ayudaron a alcanzar un excelente nivel académico que me permitió, sin ningún problema, ingresar a la UADY”.

El Rogers ha sido, es y será por siempre parte esencial de mi vida. Ahí he pasado los mejores años, tanto como estudiante y después como mamá. Cómo olvidar que me abrió sus puertas en mi etapa de adolescencia, cuando más lo necesitaba, y me ayudó a encontrarme a mí misma, a devolverme la seguridad y a descubrir mi camino.

Mi primer encuentro con mi querida escuela fue en la ya desaparecida Academia, que me ayudó a madurar, al mismo tiempo que desarrollé habilidades para la vida laboral y conocimientos que posteriormente, al cursar ahí mismo la prepa, me ayudaron a alcanzar un excelente nivel académico que me permitió, sin ningún problema, ingresar a la UADY.

Las mejores experiencias que he vivido en el Rogers, no acabaría de mencionarlas: Desde recorrer el gran pasillo rojo cada día, sentarme al pie de una de sus columnas para disfrutar el recreo; conocer y hacer ahí amigos que hasta el día de hoy siguen formando parte de los mejores; participar en los mil y un eventos: kermés, Día del Pavo, baile de Halloween, excursiones, etc.

De las actividades que más disfruté fueron las clases de Literatura de doña Teté; participar en las obras de teatro y en los concursos de declamación. ¡Momentos únicos e irrepetibles! De las cosas más sencillas, pero no por eso simples, recuerdo aquellas tortitas de jamón que vendían en esa época, nada especiales pero deliciosas, hechas con un panecito de hogaza y mucha mayonesa; no sé, ¡me sabían a gloria!

En fin, como dije al principio, no acabaría de mencionar todo lo bueno que dejó en mí,  por lo que, años después, regresé llevando conmigo y confiándole a mi colegio, lo que más amo: mis hijos. Y no me ha defraudado. ¡Gracias, Rogers Hall!

-Patricia Lizarraga-

“El haber representado al Rogers en basquetbol jamás lo olvidaré, sin duda una de las mejores etapas de mi vida”.

Yo llegue de la Ciudad de México a Mérida en el año 98,y o tenía 14 años y entré a la mitad de segundo de secundaria. Fue algo totalmente nuevo para mi, nuevos rostros, nuevos acentos. Al principio me costó mucho adaptarme pero poco a poco fui forjando un camino e hice amigos increíbles. Me lleve super bien con mis profesores, la verdad me apoyaron mucho y estuve en esta escuela hasta segundo de prepa. Los viajes que hice en la escuela, el gran árbol que está cerca de secundaria. Mis grandes amigos que tengo hasta la fecha. El haber representado al Rogers en Basquetbol jamás lo olvidaré, sin duda una de las mejores etapas de mi vida. Y por supuesto me encantaría que mis hijos estudiarán ahí.  Muchas gracias.

- Emmanuel A. Rodriguez

“Agradezco el gran apoyo incondicional que me dieron como deportista”

Agradezco el gran apoyo incondicional que me dieron como deportista. Yo estaba en quinto de primaria cuando iba a dejar de asistir al Rogers porque se iniciaba un proyecto de alto rendimiento en gimnasia rítmica, y a mi me asignaron una escuela de gobierno que estaba enfrente del gimnasio. Recuerdo que Lorena le dijo a mi mamá que por ningún motivo era necesario salirme del Colegio,  que me regresara al Rogers y ellos me darían el mismo apoyo dejándome salir a entrenar a los horarios que necesitara. Para mi siempre a significado mucho esto, ya que pude seguir con mi formación educativa de alto nivel. Gracias Rogers

- Juliana Caceres

“Esa confianza de que estás en casa, ese es mi grandioso recuerdo”

Estudié desde maternal hasta prepa, hay tantos recuerdos, desde la maestra de música Lupita Villamil  hasta los famosos charritos de Samuel. Caminar por las escaleritas con esa confianza de que estás en casa, ese es mi grandioso recuerdo y lo siento todos los días al llevar a mis hijas. ¡Gracias Rogers!

- Magda Gamboa

“Sin duda me encantaría que mis hijas estudiarán ahí”

Tantos recuerdos desde el kínder como lo era don Florín y su tiendita con un olor peculiar a bolis derramados, jamás olvidaré los recreos en el arenero del kínder, eran lo máximo. Los largos pasillos de la primaria y los recreos en los árboles jugando, correr como locos para poder comprar en la tiendita y los días de misiones era la comida más rica del año,  no olvidaré el clásico “pongan una moneda”.

Sin duda me encantaría que mis hijas estudiarán ahí.

-Karla F. Alcántara

“No gané el primer lugar, pero logré una experiencia inolvidable”.

Recuerdo muy bien aquella vez cuando tuvimos que hacer un trabajo de oratoria, yo no quería participar, pero sin querer fui seleccionada por la maestra Marcela y ella me motivó a concursar, no gané el primer lugar, pero logré una nueva experiencia inolvidable. Fui una de las finalistas. Me gustaba que el colegio tuviera esa parte de atención personalizada hacia cada alumno tratándolo como uno solo. Si pudiera volver a estudiar la secundaria, sobre todo, lo volvería a hacer.

– Laura Ramírez


 

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